Autora: María José Gómez Yubero
Los índices bursátiles son herramientas que sintetizan y cuantifican el desempeño de los mercados financieros, facilitando así la toma de decisiones de inversión y ofreciendo una referencia básica para evaluar el rendimiento de carteras y estrategias de inversión. Adicionalmente, los índices bursátiles nacionales, como el Ibex 35, actúan como barómetro de la situación económica de un país, reflejando el impacto de eventos económicos, políticos y sociales en el mercado de valores.
Este artículo recoge los principales elementos del análisis y conclusiones alcanzadas en el trabajo titulado “Análisis comparado de la representatividad, metodología de cálculo y transparencia del Ibex 35”[1] que ha sido publicado en el Boletín Trimestral de la CNMV del primer trimestre de 2024. Este trabajo se enfoca en el Ibex 35, el índice más representativo del mercado de valores español, comparándolo con otros índices europeos y estadounidenses en términos de representatividad, gobernanza, metodología y transparencia. El trabajo no trata de evaluar el cumplimiento de la regulación aplicable[2] ni de los principios de IOSCO[3], sino de identificar áreas en las que se pueda perfeccionar el conocimiento de las características por parte de los usuarios y de las posibilidades de utilización del índice.
El Ibex 35, creado en 1992 y gestionado por Sociedad de Bolsas -entidad participada por Bolsas y Mercados Españoles, S. A., perteneciente actualmente al grupo suizo SIX- es el índice bursátil de referencia de la bolsa española. Mide el comportamiento conjunto de las 35 empresas más líquidas que cotizan en el Sistema de Interconexión Bursátil (SIBE).
Se calcula en tiempo real, usando datos de precios de las negociaciones en el mercado de las acciones de las compañías que lo componen y ponderando por la capitalización de mercado ajustada por el capital flotante.
Las empresas en el Ibex 35 se seleccionan según su liquidez. La capitalización media de una empresa debe ser superior al 0,30% de la capitalización media del índice y el valor debe haber sido negociado en, al menos, un tercio de las sesiones. Si esto último no fuese así, un valor aún podría ser elegido si estuviera entre los 20 con mayor capitalización. La ponderación máxima que puede alcanzar un valor en el IBEX 35 es del 20%.
Al comparar el Ibex 35 con índices como el DAX alemán, el CAC 40 francés, el FTSE 100 británico y el S&P 500 estadounidense, y al analizar aspectos como la capitalización de mercado y el PIB, la contribución al empleo, y la internacionalización de las empresas que lo componen, se puede concluir que el Ibex 35 mantiene un nivel de representatividad e internacionalización que es equivalente al de los otros índices europeos y anglosajones seleccionados para este análisis.
El Ibex 35 también es homologable en términos de transparencia y metodología a sus pares europeos y estadounidenses, pero hay espacio para mejoras en cuanto a la accesibilidad de los datos necesarios para su cálculo, y la accesibilidad y claridad de la información destinada a los usuarios del índice.
Su metodología de cálculo, centrada en la liquidez y la capitalización de mercado, ajustada por el capital flotante, es similar a la de muchos índices europeos, pero contrasta con la del S&P 500, que también considera criterios como la viabilidad económica y la diversidad sectorial. Un aspecto distintivo del Ibex 35 es que utiliza un umbral del 3% para determinar el capital flotante, mientras que otros índices utilizan umbrales más altos (generalmente del 5%) y que dicho capital flotante es corregido por un coeficiente en función del tramo de capital flotante en el que se sitúe la compañía. Este sistema está diseñado para ajustar el peso de las compañías, potenciando el peso de aquellas con menor capitalización y atenuando el de las compañías con gran capitalización, lo que contribuye a acercar el índice español a los niveles de concentración observados en otros índices europeos.
El sector financiero es preponderante en el Ibex 35, constituyendo el 20% de las empresas y más del 28% de la capitalización total, lo que impacta notablemente en su comportamiento. Este fenómeno no es exclusivo del Ibex 35; por ejemplo, el sector energético representa más del 48% del PSI 20, el consumo cíclido el 33% del CAC 40, y el tecnológico el 42% del S&P 500 y el 27% del DAX. El uso por parte del Ibex 35 de coeficientes para ajustar la ponderación de las empresas, mitiga la influencia del sector financiero y reduce la correlación del índice con este sector.
Uno de los aspectos más críticos de los índices bursátiles es la transparencia de su metodología. El Ibex 35 proporciona detalles claros sobre su cálculo y ajustes, incluyendo políticas para dividendos y eventos corporativos significativos. Sin embargo, mayor claridad, incluyendo apartados específicos en sus normas técnicas, sobre la inclusión rápida de valores que han iniciado recientemente su cotización, así como sobre la definición de los factores de elegibilidad basados en la liquidez, en línea con el enfoque utilizado por otros administradores, pueden ser considerados como ámbitos de mejora que contribuirán a una mejor comprensión y un aumento de las posibilidades de utilización por parte de inversores globales[4].
Una ventaja destacada del Ibex en comparación con otros índices es la presencia de un Comité Asesor Técnico (CAT) dentro de su estructura de gobernanza. Este comité está formado exclusivamente por expertos independientes, responsables de supervisar el cumplimiento regulatorio y de revisar y aprobar cualquier redefinición del índice. Esta completa independencia no solo aumenta la credibilidad del Ibex, sino que también refuerza la solidez de sus decisiones.
Conclusiones
El Ibex 35 es comparable a otros índices europeos y anglosajones en términos de representatividad, gobernanza, internacionalización, diversificación sectorial, capitalización de mercado, liquidez y ponderación de las acciones que lo componen. Aunque su metodología es adecuada y alineada con otros índices principales, se identifican áreas de mejora en la accesibilidad y claridad de la información relativa a sus normas de cálculo que favorezcan la comprensión y su utilidad para los inversores.
La disponibilidad de índices representativos de los mercados financieros, que sean accesibles, robustos y transparentes contribuye a fortalecer los mercados de capitales y a potenciar su competitividad y su papel en la financiación empresarial.
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María José Gómez Yubero (*)
(*) Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva de su autora y, en ningún caso, pueden atribuirse a la CNMV, institución para la que trabaja.
[1] Gómez-Yubero, M.J. y Palomero, M. (2024). Análisis comparado de la representatividad, metodología de cálculo y transparencia del Ibex 35. Boletín de la CNMV, Trimestre I, pp. 123-166.
[2] Reglamento (UE) 2016/1011, conocido como BMR (Benchmark Regulation).
[3] IOSCO (2013.) Principles for Financial Benchmarks. Final Report. Julio 2013.
[4] La CNMV ha publicado una infografía sobre el Ibex 35.
Autora:
María José Gómez Yubero es responsable de resolución, índices de referencia y asuntos de estabilidad financiera en la CNMV, donde ha desempeñado varias responsabilidades como directora de supervisión y directora de inversores. Actualmente preside el Peer-Review del FSB sobre Brasil sobre fondos de inversión, copreside el Grupo de Resolución de Infraestructuras de Mercado del FSB, es miembro de los Comités de Resolución de la EBA y de ESMA y del colegio de supervisores del EURIBOR. También participa en diversos comités de ESMA e IOSCO.
María José ha publicado numerosos artículos y trabajos, es ponente y conferenciante habitual, también desarrolla actividad docente en el Instituto de Empresa, en el IEB, en la Universidad de Navarra y en la Universidad Villanueva. Licenciada en CC Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid y PDG del IESE. Es miembro del Instituto Español de Analistas y de su Junta Directiva, del Consejo Asesor y del Jurado de los premios KnowSquare y consejera académica de Fide.